June 8, 2023
Blog invitado de Adrijana Milosavljevic, PCC
¿Alguna vez te has visto atrapado en un torbellino de sesiones de coaching, sin tiempo para detenerte y reflexionar? ¿Programaste demasiadas sesiones consecutivas en un día, por lo que terminaste la jornada laboral sintiéndote agotado?
Comencé a pensar en este tema recientemente cuando sentí que después de una sesión de coaching que me pareció fantástica, necesitaba un tiempo para cerrar los ojos, tomar un vaso de agua y simplemente reflexionar sobre ella. Sabía que necesitaba sentarme y escribir breves ideas. Pero no tenía ese tiempo. Se programó una reunión de equipo en 10 minutos. Después de esa reunión y de que mi cabeza se llenara de mucha información diferente, las impresiones y las ideas de la sesión de la mañana estaban totalmente borrosas y sentí que había perdido la oportunidad de explorar algo más profundo. Una idea interesante sobre cómo apoyar a mi cliente en nuestro proceso futuro se esfumó.
En esta publicación del blog, profundizaré en dos temas importantes: la importancia de la reflexión para los coaches y la importancia de encontrar la cantidad óptima de sesiones de coaching en función de nuestras necesidades individuales.
Hubo varias fuentes de inspiración para este artículo en estos días: leer más sobre las competencias de EMCC para solicitar una credencial, una publicación del blog de SolutionsAcademy sobre coaching cuando estamos cansados, leer el libro Radical Candor de Kim Scott y también leer un estudio de Microsoft sobre cómo programar reuniones consecutivas afecta nuestro cerebro y nuestra capacidad para concentrarnos y participar. Pero la inspiración más importante siempre viene de la práctica y de los clientes.
Si bien es importante estar presente para los clientes y brindar sesiones de coaching impactantes, es igualmente esencial que los coaches prioricen el autocuidado y se den tiempo para la reflexión. Tomarse el tiempo para pensar y reflexionar sobre sus interacciones de coaching es esencial para el crecimiento personal, mejorando la calidad de su coaching, pero también su bienestar.
Permitirse "tiempo para pensar"
Cuando hacemos una pausa y reflexionamos sobre nuestras sesiones de coaching, creamos espacio para una comprensión y un crecimiento más profundos, potencial para refinar nuestro enfoque de coaching. Nos permite considerar el impacto de nuestras palabras y acciones, identificar áreas de mejora y generar nuevas ideas y perspectivas.
En su libro, "Radical Candor", Kim Scott enfatiza la importancia de tomarse un tiempo para pensar. Destaca que el liderazgo efectivo requiere un equilibrio entre estar presente y comprometido en el momento y, al mismo tiempo, permitirse tiempo para la reflexión. Este principio resuena profundamente en el coaching, donde nuestra capacidad de estar completamente presentes con los clientes es crucial, pero también lo es la necesidad de procesar e integrar nuestras experiencias. Por lo tanto, programe un tiempo de reflexión dedicado.
Reserve períodos específicos en su agenda para la reflexión, permitiéndose el espacio mental para procesar sus interacciones de coaching y capturar ideas clave. Y como dice Kim Scotts: "trate este tiempo como algo no negociable" y priorícelo junto con sus sesiones de coaching. Este tiempo se puede invertir en diferentes actividades. Aquí hay varias de ellas que considero valiosas.
- Revisión de notas de la sesión
Si está tomando notas durante la sesión, revíselas una vez más para identificar momentos clave y obtener información para futuras sesiones. Busque patrones, momentos significativos y áreas para una posible exploración adicional. Piense en cómo puede aplicar estos conocimientos en sesiones futuras.
- Preparación para sesiones de supervisión
Comunicarse con un compañero o supervisor para analizar los desafíos y buscar orientación es un aspecto esencial del desarrollo profesional continuo. El tiempo de reflexión se puede utilizar para acercarse a los temas y prepararlos para la supervisión, fomentando así el aprendizaje continuo.
- Exploración de contenido teórico
Investigar marcos teóricos o herramientas relevantes puede mejorar el conjunto de herramientas de un coach. Compartir contenido valioso con los coachees entre sesiones (con la advertencia de que es opcional, no es tarea :)) puede estimular una mayor exploración y crecimiento.
- Abrace la soledad y el silencio
Encuentre momentos de soledad y silencio a lo largo del día para descansar y recargar energías. Ya sea dando un paseo por la naturaleza o simplemente sentándose tranquilamente, estos momentos permiten la introspección y el rejuvenecimiento. A veces, solo necesito 10 minutos para tomar un vaso de agua, poner algo de música (a menudo pongo algunas canciones de una banda de jazz local llamada Fish in oil :)) y acostarme en la hamaca de mi balcón.
¿Cuál es el número diario óptimo de sesiones de coaching para usted?
El número de sesiones de coaching que un coach debe programar en un día depende de varios factores, entre ellos, la carga de trabajo del coach, si el coaching es su único trabajo o un esfuerzo secundario, el nivel individual de experiencia y preferencias o, como me dijeron algunos colegas, quién es el coachee. Por supuesto, el factor de motivación que hace que sea tentador programar tantas sesiones de coaching como sea posible es hacer que nuestro negocio sea sostenible y maximizar los ingresos.
Sin embargo, creo que todos debemos hacer todo lo posible para determinar nuestra "carga de sesiones" óptima para garantizar la calidad y la eficacia de nuestro coaching, y también proteger nuestro bienestar.
En mi caso, después de algunas pruebas, he descubierto que dejar un mínimo de 30 minutos entre sesiones y limitarme a un máximo de cuatro sesiones individuales por día logra el equilibrio adecuado y me permite mantener la concentración, ofrecer el mejor apoyo a mis clientes y tener suficiente tiempo para la reflexión. O, si he programado una sesión de coaching grupal o de equipo que dura varias horas, puedo limitarme a una sola sesión individual ese día.
Personalizar nuestro enfoque
Es importante personalizar nuestro enfoque en función de las demandas únicas de cada compromiso de coaching y escuchar nuestras propias necesidades y preferencias al mismo tiempo. Está bien experimentar y encontrar lo que funciona mejor para nosotros individualmente. Algunos coaches pueden prosperar con un mayor número de sesiones, mientras que otros pueden descubrir que menos sesiones permiten un enfoque y una reflexión más profundos. La reflexión y la búsqueda del número óptimo de sesiones de coaching podrían ser elementos vitales en nuestro camino como coaches. La clave es estar en sintonía con nuestros propios niveles de energía, asegurándonos de que podemos brindar nuestro mejor apoyo a los clientes mientras mantenemos nuestro propio bienestar.
Entonces, ¿cuánto tiempo necesitas para recargar energías después de una sesión?
¿Qué piensas? ¿Cuántas sesiones al día son óptimas para un coach?
Y, si la reflexión es un nuevo hábito que quieres introducir en tus actividades de coaching, ¿cómo garantizarías la sostenibilidad?
¿Cuál es tu primer paso siguiente?
Si te gustaría hablar sobre tus próximos pasos o pasar el rato con un grupo de coaches, hacer preguntas sobre nuestros programas, ¿por qué no te unes a nosotros para una reunión de coaching gratuita y un intercambio?