December 29, 2023

Perspectivas y suposiciones

Hola, soy Carlo Perfetto.

Durante una conversación de coaching, el coach puede tener intuiciones sobre el cliente o la situación que se está discutiendo; por otro lado, el coach no es una mera presencia pasiva en la conversación y es natural que sea sensible a lo que escucha y observa. ¿Cómo gestionar mejor estas intuiciones para que no se conviertan en suposiciones?

Las intuiciones del coach

Durante una conversación de coaching, la presencia del coach no es pasiva sino que es "influyente y descentrada", es decir, presente, activa pero no en el centro de la atención. En consecuencia, el hecho de que el coach "intuya" algo sobre lo que observa, escucha y siente es totalmente natural y también positivo. Es una buena señal de que el coach está realmente presente en la conversación, está concentrado, está realmente escuchando lo que el cliente "dice y no dice" y de alguna manera lo está procesando.

De las intuiciones a las suposiciones

La verdadera pregunta es "¿qué hace el coach con sus propias intuiciones?". Especialmente cuando el coach es nuevo en el coaching (pero no solo...), puede suceder que comience a tratar estas intuiciones como verdades. Esto significa que comienza a asumir que esas intuiciones no son simplemente productos de su propia mente, sino que también son "verdaderas" en el mundo del cliente y, como tal, el coach comienza a usarlas en la conversación. A continuación intento enumerar algunas señales que muestran que el coach está pasando de intuiciones a suposiciones:

• al resumir, utiliza términos que el coachee no ha utilizado y comienza a referirse a estos términos sin comprobar cómo su significado "cae" en la mente del cliente;

• nombra lo que el cliente dice (el cliente habla de su dificultad para relacionarse con un colega difícil y el coach define esto como falta de asertividad);

• comienza a investigar la validez de las afirmaciones del cliente con preguntas como "pero ¿cuál es la verdadera razón de este comportamiento tuyo?", poniendo un énfasis particularmente inquisitivo en la palabra "cierto" y entrecerrando los ojos ligeramente mientras hace explícita la pregunta (vale, estoy bromeando... ¡pero no demasiado!);

• da por sentado el significado de los conceptos y metáforas expresados por el cliente sin sentir curiosidad por lo que significan para el cliente;

• toma decisiones sobre la dirección de la conversación sin dejarse guiar por el cliente.

Esta lista probablemente no sea exhaustiva, pero creo que es útil para entender el mecanismo detrás de la transformación de intuiciones en suposiciones.

¿Cuál es la mejor manera de gestionar las intuiciones?

Entonces, habiendo establecido que las intuiciones de un coach pueden ser útiles en el proceso de coaching, ¿cómo podemos gestionarlas para que sean útiles para el cliente pero al mismo tiempo respeten la autonomía y la responsabilidad del cliente?

La respuesta es simple: ¡deben ser verificadas! ¡Todos!

Veamos cómo aplicar este principio a las situaciones individuales enumeradas anteriormente.

• si el coach está resumiendo lo que ha escuchado, puede preguntar al cliente cómo se siente acerca de esa síntesis o si esa síntesis captó todas las cosas importantes que quería expresar;

• en lugar de nombrar las situaciones que expone el cliente, puede preguntarle directamente cómo las definiría (o incluso si es importante para él definirlas de alguna manera); el coach podría quizás pedir permiso para compartir su propia definición de la situación y verificar con el cliente qué tan bien esa definición captura los conceptos que el cliente estaba expresando;

• si, por otro lado, el coach tiene la sensación de que lo que el cliente está expresando no es todo lo que hay alrededor del tema, el coach podría compartir este sentimiento con el cliente y verificarlo con el cliente (por ejemplo: a partir de tu historia tengo un presentimiento, me gustaría expresártelo pero siéntete libre de rechazarlo si no lo encuentras útil... tengo la impresión de que hay algo más importante para explorar: ¿qué piensas de este sentimiento mío?).

• ser curioso es una de las actitudes básicas del coaching; En lugar de darlo por sentado, es mejor entonces preguntar cuál es el significado de ese concepto en el contexto específico del tema tratado;

• si sentimos que puede ser el momento de dar un paso adelante en la sesión, podemos preguntar al cliente si está de acuerdo en continuar (por ejemplo: ¿hemos explorado lo suficiente el objetivo de la sesión para ti?).

Conclusiones

En conclusión, estar presente en la sesión de coaching puede generar nuevas ideas y nuevos insights en el coach. Si esto sucede, el coach debe tener en cuenta que estas son sus "producciones" y que para poder ponerlas al servicio del cliente no puede imponérselas sino ofrecerlas como lo que son, es decir, simples elaboraciones y no verdades.

Esto significa partir de la base de que no son necesariamente ciertas y que no son necesariamente útiles para el cliente y aceptar sin reservas la reacción del cliente a tu oferta.

¿Y cuáles son tus señales de que estás pasando de las intuiciones a las suposiciones? ¿Y qué estrategias estás utilizando para ayudarte? Si quieres compartir tus ideas, ¡ven a uno de nuestros encuentros gratuitos de coaching!

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