October 20, 2023
“¿Qué? ¿100.000 € al año?”, grité muy sorprendido cuando me enteré de los honorarios que algunos de mis colegas norteamericanos utilizan para fijar el precio de sus servicios. Esto desencadenó una discusión entre los graduados de SolutionsAcademy y amigos en nuestra lista de correo. Cuánto cobrar es una de las decisiones más difíciles de un coach. No quieres cobrar de más ni de menos y luego surge la molesta pregunta de “¿cuánto valgo?”.
Entonces, ¿cómo podemos encontrar el precio justo? Aquí hay algunas consideraciones.
El precio adecuado para usted:
• ¿Cuánto está invirtiendo en su desarrollo continuo?
• ¿Cuánto está invirtiendo en su infraestructura (sitio web, marketing, etc.)?
• ¿Cuánto necesita para su vida diaria?
• ¿Qué porcentaje representa el coaching en su combinación de ingresos?
• ¿Cuántas horas le gustaría entrenar por mes?
• ¿Está abierto a soluciones de "escala móvil" o "economía del regalo"?
El precio adecuado para sus clientes?
• ¿Qué obtienen los clientes a cambio?
• ¿Cuál sería el costo de no recibir coaching de usted?
• ¿Cuánto le costarían otras soluciones al problema del cliente?
• ¿Cuánto cuesta su competencia? ¿Cuánto cobran las profesiones similares en tu zona?
• ¿Qué tan alta es la demanda de tus servicios?
¿Cuánto valgo?
Literalmente, olvídate de esa pregunta. Si vinculas "tu valor" al dinero que puedes cobrar por tus servicios, el lenguaje te ha atrapado en gran medida. Tu valor como ser humano no tiene nada que ver con eso. Todo ser humano tiene valor, sin importar lo inteligente, feo, amable, molesto, etc. que pueda ser. Lo mismo es cierto para las personas que hablan de "venderse a sí mismo". No, no te estás "vendiendo a ti mismo". Estás brindando un servicio, al igual que un plomero o un peluquero. Intercambias conversaciones y dirigir grandes conversaciones es tu habilidad y eso es lo que estás vendiendo, no "a ti mismo". No quiero mencionar la imagen que surge cuando usas estas palabras.
Así que ten cuidado con el lenguaje que usas para fijar el precio de tus servicios: no se trata de ti, sino de equilibrar tus necesidades y deseos con las realidades del mercado y luego probarlo. Observa cuántos de tus clientes se inmutan cuando mencionas tu precio: si nadie se inmuta, tus servicios son demasiado baratos. Si nadie te contrata, probablemente seas demasiado caro.
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