May 26, 2023
Qué cambiar cuando el cambio es difícil
A veces el cambio es difícil: hemos desarrollado un hábito que no nos gusta, hemos intentado cambiar algo sin éxito varias veces y nos hemos dado por vencidos u otras personas se oponen al cambio que nos gustaría hacer. Por lo general, el trabajo de un coach es ayudar a los clientes a realizar los cambios deseados. En los casos anteriores (y otros) puede ser especialmente complicado. Aquí hay algunas ideas sobre qué intentar y qué evitar cuando el cambio es difícil.
No invite a las expectativas de un cambio rápido
Cuando los clientes ven los sitios web de los coaches que prometen resultados rápidos o escuchan historias de otros clientes cuyas vidas cambiaron "inmediatamente", naturalmente desarrollarán una expectativa de que será lo mismo para ellos. Si eso no sucede, pueden culparse a sí mismos (reduciendo así la posibilidad de hacer el cambio deseado) o al coach (reduciendo así la posibilidad de una colaboración fructífera). Asegúrese de comunicar que cada caso es diferente y evite las comparaciones entre clientes.
Invitar al cliente a explorar su entorno
Muchos enfoques de coaching suponen que es necesario que el cliente “asuma la responsabilidad” o “se haga responsable” de su propio proceso de cambio. Solo deben trabajar en lo que pueden controlar y solo establecer metas que puedan lograr por sí mismos. Esta visión de los clientes como individuos, casi como si no vivieran en relaciones, un contexto o un entorno, puede privar a los clientes de recursos que pueden facilitar el cambio.
Muchos problemas de cambio “perversos” se pueden hacer más fáciles invitando al cliente a explorar qué cambios en su entorno podrían ayudarlo. Por ejemplo, si un amante del chocolate quiere perder peso, podría ser bueno explorar cómo se podría modificar su entorno doméstico para que sea más fácil (esconder el chocolate, no comprarlo en primer lugar, etc.).
Además, explorar cómo otras personas pueden notar los primeros signos del cambio deseado y cómo podrían responder puede poner en marcha una espiral positiva. Cuando pregunto a mis clientes cuál es la primera señal que los demás notarán y que les indicará que están disfrutando más de su trabajo, a menudo escucho: "Me verán sonreír al entrar por la puerta". Luego sigo preguntando cuál será la respuesta del cliente y cuál será la respuesta de los demás a su respuesta. De este modo, el cliente puede imaginarse a sí mismo en un contexto, en sus relaciones y en su vida diaria; este escenario imaginado puede desarrollar un "tirón" hacia actuar de manera diferente.
Tenga en cuenta que a veces no se trata de que el cliente cambie
Somos quienes somos a través de otros y, a veces, los demás hacen que nuestro cambio deseado sea muy, muy difícil. Digamos que alguien quiere sentirse más seguro de sí mismo, pero vive en un entorno que lo menosprecia constantemente o vive en una cultura en la que el cambio que está tratando de hacer está mal visto. He entrenado a personas en estas situaciones y, en mi opinión, sería un error entrenar al cliente como si el cambio estuviera únicamente en sus propias manos. Hay muchos escenarios en los que pensar, desde pedir a las personas del entorno que cambien hasta ignorarlas y buscar apoyo en otro lugar o incluso abandonar relaciones dañinas.
Creo que lo que estoy diciendo es que no deberíamos pretender que las personas existen en el vacío. Como coaches, esperamos proporcionar un entorno enriquecedor en nuestras sesiones de coaching, pero eso no significa que debamos ignorar los otros lugares y relaciones en los que se encuentra el cliente. El entorno del cliente puede ser una ayuda o un obstáculo: para aprovechar el recurso o ayudar a los clientes a superar los obstáculos que el entorno pueda plantear, debemos invitarlos a hablar sobre ello.
Si te gustaría explorar cómo hacerlo, hablar sobre estas u otras reflexiones sobre el coaching o aprender sobre nuestras clases, ¿por qué no vienes a una de nuestras reuniones e intercambios gratuitos?