En coaching ayudamos a nuestros clientes a alcanzar sus metas, a darse cuenta de su potencial, a mejorar en las cosas y les ayudamos a descubrir lo que es importante para ellos. A veces nuestros clientes acuden a nosotros para afrontar una situación que está fuera de su control: han perdido su trabajo, una relación ha terminado, el nuevo jefe no es alguien con quien hubieran elegido trabajar. También puede haber otras circunstancias externas como la que estamos viviendo actualmente en la crisis de COVID-19 que dificultan la vida de nuestros clientes.
Entonces, ¿cómo ayudamos a nuestros clientes cuando el tema del coaching no parece ser sobre qué lograr, sino sobre qué alejarse? ¿Cómo ayudamos a nuestros clientes cuando parece que no hay nada que puedan hacer sobre la situación en cuestión?
En el coaching centrado en soluciones distinguimos entre "problemas" y "limitaciones". Un problema se define por el hecho de que es posible una solución. La limitación es algo que no podemos cambiar. La mejor manera de convertir una limitación en un "problema" solucionable o en una meta en una sesión de coaching es enmarcar el acuerdo en torno a cómo llegar a un acuerdo y lidiar con la limitación.
A continuación, se incluye un ejemplo:
En lugar de decir "tienes dificultades", el coach responde "la situación te está dificultando la vida". Esto invita al cliente a imaginar el problema como algo externo a él o ella. El problema se convierte en algo que el cliente puede aceptar o abordar y no se identifica como "perteneciente" al cliente (es decir, "mi" problema)
El coach pregunta qué está haciendo, sintiendo o pensando el cliente para afrontarla.
El cliente afirmó que quiere mantener la calma y la cordura y que el negocio está en problemas. El coach toma estas palabras importantes y pregunta al cliente si quiere explorar alguna de ellas.
Una vez que el cliente ha elegido algo en lo que quiere trabajar, que está en su ámbito de influencia (por ejemplo, lidiar con la limitación), invite al cliente a explorar en detalle cómo se ve eso para llegar a un acuerdo de coaching más completo más adelante.
Guíe suavemente al cliente de regreso a lo que quiere en lugar de a lo que no quiere si la conversación vuelve a discutir por qué y cómo la situación es muy difícil. Esto se puede lograr empatizando nuevamente, reconociendo que la situación le está dificultando la vida al cliente y preguntándole qué le hace tener confianza en que podrá hacer un cambio positivo para sí mismo.
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¡Esperamos verte!