Como entrenadores, líderes, vendedores, interlocutores en general, si queremos aprender algo, necesitamos hacer preguntas abiertas. “Cuando hablas, solo repites lo que ya sabes. Pero si escuchas, puedes aprender algo nuevo”, es una cita atribuida al Dalai Lama. En nuestros tiempos actuales de conflicto, burla y división, es cada vez más importante escuchar bien y hacer buenas preguntas para aprender y crear interacciones positivas.
Supongamos que quieres averiguar qué quiere tu interlocutor de la conversación y ha dicho que quiere pensar en un próximo movimiento. Puedes hablar de esto de muchas maneras diferentes. Las he ordenado en etapas de preguntas (quizás haya más, pero esto es lo que se me ocurre):
Entonces, quieres pensar en el movimiento.
Esto es una afirmación, no una pregunta. Su fuerza es la claridad que logra. Su debilidad es que puede dejar poco margen de maniobra para la conversación y cerrar o centrar la discusión antes de que se haya producido ninguna exploración. Además, tu interlocutor tiene que contradecirte activamente, lo que podría no hacer y corres el riesgo de galopar hacia el atardecer equivocado juntos.
Escucho que quieres pensar en tu próxima mudanza.
Esta afirmación permite una posible aclaración por parte de la otra parte. Estás diciendo que estás "escuchando eso", no que la otra persona lo dijo. Hay una invitación a decir más.
Escucho que quieres pensar en tu próxima mudanza. Contraataca si me equivoco.
Aquí tenemos una invitación abierta a contraatacar, a aclarar. Ya hay una pequeña señal de curiosidad aquí y una invitación implícita a explorar más.
¿Te gustaría pensar en tu próxima mudanza?
Nuestra primera pregunta, aunque cerrada. Tu interlocutor puede decir sí o no y así lograrás aclarar el tema, independientemente de si tu interlocutor quiere pensar en la mudanza o no. Sin embargo, esto no abre la conversación más allá.
¿Te gustaría pensar en tu mudanza o en el otro tema que mencionaste?
Suponiendo que hubiera otro tema, el interlocutor ahora tiene una opción: a o b.
¿Te gustaría pensar en tu mudanza, en el otro tema que mencionaste o en otra cosa?
Esta pregunta cerrada es casi abierta, ya que invita al interlocutor a pensar en términos amplios. La discusión ahora puede ser sobre cualquier cosa.
¿De qué te gustaría hablar?
Tadaaaa, y aquí tenemos una pregunta abierta. No limita al interlocutor y no enmarca los pensamientos del interlocutor en lo que escuchaste.
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