“1001 preguntas poderosas”: ¡compre este libro, cómprelo ahora! ¡Mejore su coaching al instante! ¡Viene con un práctico juego de tarjetas didácticas! Siempre que veo anuncios
Les vendría bien un coaching, ¡pero no quieren que se les enseñe!
Tuvimos una discusión en una de nuestras clases de Onboarding de ICF: un participante conoce a una persona que CLARAMENTE se beneficiaría del coaching, pero no lo hará.
El otro día casi nos peleamos a puñetazos en nuestra clase magistral de coaching. Por supuesto, no fue así 🙂: tuvimos un maravilloso intercambio de ideas.
Las conversaciones iniciales entre el coach y el cliente potencial suelen denominarse «reuniones de química». Suelen ser gratuitas y duran aproximadamente media hora.
La semana pasada tuve una sesión con algunos de nuestros exalumnos de coaching de equipo. Habían pedido “primeros auxilios”, una especie de supervisión
Desde el proyecto Google Aristóteles, la “seguridad psicológica” parece ser la palabra de moda en los equipos de hoy. Lo que siempre me divierte es que es
En una de nuestras reuniones e intercambios de coaching, uno de nuestros amigos mencionó una situación incómoda en una llamada de “química”: el cliente potencial parecía
Este titular podría interpretarse como que deberíamos suponer que sabemos mejor que el cliente lo que realmente quiere lograr. Bueno, no, eso sería dar por sentado que sabemos más que el cliente lo que realmente quiere lograr.
He visto anuncios de “F***-Up Nights” en mis redes sociales. Aparentemente es una mini conferencia, donde la gente sube al escenario para hablar sobre sus fracasos y lo que aprendieron de ellos.